el valor del presente y la esperanza del futuro.
Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose
con bendiciones ricas y eternas,
y de que cada camino nos lleve a la paz.
Y con la Navidad vienen los recuerdos y las costumbres.
Esos recuerdos cotidianos humildes
a los que todas las madres nos agarramos.
Como la Virgen María, en los rincones secretos de su corazón.
Que el Niño Jesús,
con su infinito amor y su bondad,
ilumine vuestro hogar, y lo colme de dicha y bendiciones.
.
¡¡ FELÍZ NAVIDAD A TOD@S!
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