20 de enero de 2009

ALLENDE LOS MARES... CÓMO TE QUIEREN, SEÑORA

¡VIVA LA VIRGEN DE LAS MERCEDES! ¡VIVA LA REINA DE LA EVANGELIZACIÓN!
Así la nombró Juan Pablo II

Miles de peregrinos llegan cada año a la ciudad de Paita, en el distrito de Piura, en Perú, para venerar a la Virgen de las Mercedes, para pedirle y para agradecerle, como hacemos los herencianos. Parece ser que los 60 kilómetros que unen Piura y Paita son un verdadero reguero de peregrinaciones, incluso de niños hacia el encuentro con la Redentora de Cautivos.
La bellísima virgen de mirada severa recibe a sus hijos ataviada con sus mejores galas: mantos de seda y joyas, corona y aureola de oro puro y con 18 brillantes, y alejandrinas, topacios y zafiros. Además, dentro de la corona pende un ancla con un rubi rojo. Todos regalos hechos por sus fieles.
Son incontables los Hijos mercedarios que acompañan a la imagen de la "Meche" o la "chinita", como algunos la llaman, en las salidas procesionales que hace, una por día desde el 24 al 28 de septiembre.


Muy distinto a nosotros, pero vemos cómo el mundo entero la quiere, cómo, al igual que los herencianos, allí también quieren a su patrona. Me parece una maravilla poder contemplar estas manifestaciones de fe y de amor hacia la Virgen de las Mercedes.

¡Viva la Virgen de las Mercedes!









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