Enhorabuena, un año más, a Juan Ortuno por el precioso cartel.
En el cartel predominan los colores rojo, amarillo y blanco, colores mercedarios. En el centro se representa a Nuestra Madre Santísima de las Mercedes en un marco, dentro, pero sale de él. Este gesto encierra un sentido de atemporalidad, el ayer que prende de las paredes de las casas de Herencia, el hoy que es presencia viva y el futuro que asegura la fe y la devoción de los herencianos y herencianas venideros.
Los ángeles refieren el mundo celestial y destacan el sentido de la Madre como puente sagrado que une las dos orillas, la del cielo y la de la tierra: es el abrazo entre Dios y las personas.
Bajo el marco, las uvas tintas y las espigas manifiestan a la Virgen como Madre del Sacramento y Madre del pueblo cristiano, símbolo del Niño bendito que porta en sus manos.
En la parte superior, uvas verdes y flor del azafrán, referencias a septiembre y al otoño que comienza con su fiesta. Ambos frutos son la ofrenda y la súplica por los campos y la tierra de Herencia. Las uvas y la Virgen representan el camino que une a los que se fueron y a los que vendrán.
Por último, las cadenas la anuncian como Madre Redentora, fuente de la libertad y hogar donde sus hijos e hijas encontramos el espacio de la vida, la Hermandad y el descanso del alma.
¡Viva la Virgen de las Mercedes!
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