Después de la Santa Misa del Jueves Santo, el Santísimo se reserva en lugares especiales para la Comunión del Viernes Santo, día en que se conmemora la Pasión y Muerte del Señor. Dichos lugares, que son distintos a los habituales, se llaman Monumentos. El Viernes y el Sábado Santo son los únicos días del año en que no se celebra la Santa Misa.
La tradicional visita a los Monumentos se realiza en la tarde y noche del Jueves Santo y durante el día del Viernes Santo, antes de la celebración de la Pasión. Es una manera de acompañar a Jesús la noche en que fue “oprobio de los hombres” (Salmos 21, 7).
Además, el acto piadoso tiene como objetivo dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar, con homenajes, los ultrajes que El recibió.
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