No existe en este mundo...
Hombre con tan alta distinción...
Como la que recibiste tu, María...
Siendo desposada por nuestro Dios...
Que en Su obra redentora...
Regia y vital fue tu misión...
Al ser Madre de su Hijo...
Para nuestra salvación.
El Señor, te ha elegido...
Hallaste de él predilección...
¿Cómo no he de amarte yo?
Señora, que plena en la gracia...
Al pie de la Cruz, nos fuiste entregada...
Por Jesús, en maternal protección...
A todos los necesitados de esta tierra...
Que peregrinamos de tu mano al Amor.
Al Creador, gracias damos Santísima...
Por tu Inmaculada Concepción...
Y veneramos tu Corazón...
Fuente de inefables delicias...
Que nos alcanza del Señor las caricias...
Llenándonos de esperanza y tierna consolación.
Bendita Pastora nuestra...
Remanso en nuestra aflicción...
Dulce regazo del alma...
En ti, glorificamos a Dios...
Lo adoramos, lo alabamos y bendecimos...
Y cantamos agradecidos...
Por entregarnos a tu amorosa intercesión.
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