Las campanas del Convento voltean con lágrimas en los ojos, lanzando a los cuatro vientos como se sienten nuestros corazones. Es un toque triste, lento y desgarrador, pero es el último homenaje de aquellas veces que tu las hiciste sonar a Gloria y a fiesta. Siempre estarás en el corazón de la V.O.T de la Merced de Herencia.
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